Nene Cheza y Zampi actúan en cuartos con su comparsa. José Luis Zampaña compone la letra. José Antonio Cheza pone la música y dirige la agrupación.
Cuando el montaje del atrezo está listo, Eduardo Bablé anuncia a la comparsa y se sube el telón. Se presentan en escena estos músicos que tocan en la calle y pasan el colador para que la gente eche el dinero. «Aquí te traigo mi colador, no me vayas a echar dos pesetas, mejor llénalo, corazón, con cuatro piedras de La Caleta», así se presentan estos comparsistas.
El primer pasodoble critica a las familias de los chicos que gritaron a las chicas en la residencia de Madrid Elías Ahúja. Dicen que debemos educar a esta parte de la sociedad para que estos actos no se repitan.
La ciudad de Cádiz y sus calles son las grandes protagonistas de la segunda letra. Es un piropo a esta ciudad que se remata criticando la precariedad y la pobreza. A pesar de lo bonito que son los paisajes y lo bien que se vive, la gente sufre por el poco progreso: «para decir con ironía: muere de hambre nuestra Andalucía».
En la tanda de cuplés, se trata con humor el incremento del sueldo básico y el consumo de droga por parte de los futbolistas y los comparsistas. «Mirarte me resucita, tacita te lo prometo, que tantas cosas bonitas no caben en mi libreto», así termina un estribillo que va muy al tipo y que piropea a Cádiz.
En el popurrí, estos comparsistas nos cuentan sus sentimientos cuando van a los ensayos y meten nuevas letras. En otra cuarteta, rinden homenaje a Juan Carlos Aragón y se critica a los compañeros que se venden. El popurrí termina a ritmo de «¡qué bonito, qué bonito!».
La comparsa Los colaores, una comparsa de toda la vida se marcha tras el paso de cuartos con una lluvia de papelillos.