Desde la localidad vecina de El Puerto de Santa María llegan estos comparsistas bajo el nombre de ‘Agüita tapá’.
Se sube el gran telón y solo se ven las siluetas de los comparsistas. Se encienden los focos y podemos ver el tipo. Compuesto por un gran tridente, algas, conchas, redes de pesca y verdín. En la presentación, se definen como «el rey del viento, soy el rey del mar y no sé cómo lo hago que siempre acabo en agua tapá». Presentan a un personaje que vive en el mar y que es dueño de las aguas.
La primera letra compuesta por Miguel Ángel Zampaña y David Ganaza va dedicada a Cádiz. Dicen que su comparsa suena a Cádiz: «para decirte que te quiero sin estridencias ni chillidos». «Que habiendo nacido en El Puerto, me digan que vengo cantando por Cádiz», así piropean con respeto a la ciudad y a la fiesta.
La segunda letra cuenta la historia de amor entre un hombre y la hija de una pareja. «Y yo que jamás tuve un hijo, por ella, Dios mío, yo aprendía a ser padre» así finaliza esta letra. Muy emotiva y que despierta empatía entre el público del Gran Teatro Falla.
Para cantar la tanda de cuplés, los componentes de la comparsa se sientan y después se levantan. El primero de los cuplés, muy al tipo, comenta la suciedad de los mares. El segundo comenta con humor la fiesta de la princesa de Leonor por su jura de bandera. «Agua de plata y salada, ¿qué tendrá tu orillita que hasta el agua se vuelve bendita? Me cachis en la mar» es le final del estribillo.
Para finalizar con el pase de preliminares, la comparsa dedica su popurrí a varios temas: la ciudad de Cádiz (por supuesto), la variedad de pescado en la Bahía de Cádiz, la pesca y la relación padre – hijo.
Se despiden estos reyes del mar del Falla con un gran aplauso como respuesta.