La segunda de las mesas redondas dentro de las jornadas ‘Hablamos de fútbol. Lenguaje y Deporte’, organizadas por el Cádiz CF en el palco del Nuevo Mirandilla durante el 24 y 25 de marzo contó con la presencia de tres personas muy influyentes en el mundo del fútbol.
Así las cosas, tanto los presidentes de Cádiz CF y Atlético de Madrid, Manuel Vizcaíno y Enrique Cerezo, y el expresidente del Deportivo de La Coruña, Augusto César Lendoiro, tomaron la palabra para debatir sobre ‘Los nuevos límites en las declaraciones. El lenguaje de los presidentes de los clubes de fútbol’ en una mesa redonda moderada por el director de comunicación de la entidad amarilla, José Grima.
El exmandatario gallego abrió las intervenciones asegurando que, en su caso, «se nace con la oratoria» justo antes de que el presidente atlético comentara que «el lenguaje futbolístico se adquiere cuando estás dentro del mundo del fútbol». «Te tienes que dirigir a diferentes conceptos sociales que tiene el club, y a cada uno hay que darle el lenguaje que corresponde», manifestó antes de recordar que «en el mundo del fútbol ha habido grandes oradores: Jesús Gil, que era una persona que tenía una fabulosa condición para animar a la grada e intentar convencer; Lopera, Lendoiro, Mendoza… Era un tipo de gente que han resultado ser muy buenas para el ambiente y la afición. Ahora se echa un poco de menos, y en aquella época se decía que se abusaba un poco de ello».
Por último, Cerezo afirmó que, en su caso, siempre ha sido «conciliador, en este mundo si no eres conciliador no eres nadie. Todo es diferente a como era en el año 90».
En el caso del presidente cadista, Vizcaíno expresó que, a lo largo de los años, se ha «ido adaptando a que las cosas han ido llegando como llegando». «Intento aprender de lo que saben y hacerlo bien», aseguró al tiempo que detalló que «cualquier titular que podamos dar en el sentido que nosotros queremos es parte de nuestro trabajo y parte del éxito o fracaso de quien se sienta en el sillón presidencial y representa a la entidad».
En este sentido, desveló que «antes, con esas estridencias a la hora de comunicar, había códigos y era porque, en las comidas de directivas, se creaban vínculos que eran irrompibles. Eso se ha perdido, entre el Covid-19, los propietarios extranjeros, las formas y las flojeras que hay a la hora de llevar un club de fútbol… El presidente de un club de fútbol tiene que ir a los partidos, estar pendiente de los jugadores, de la comunicación…, y todo eso se está desnaturalizando. Echo muchísimo de menos eso».