El coro Aquí no se rinde nadie llega a semifinales. Fernando Migueles compone la letra y la música y, además, dirige la agrupación. En la letra colabora Inés Migueles.
Se sube el telón y un miembro de la orquesta toca una falseta de Julio Pardo en homenaje al querido autor. Después, empieza la presentación y el resto de componentes se sitúan en escena. El coro explica que vuelven al Gran Teatro Falla después de unos años con el objetivo de cantarle a Cádiz y reivindicar el valor de la ciudad.
En el primer pasodoble, nos invitan a dar una vuelta con ellos por Cádiz mientras nos cuentan la historia de la ciudad. Entramos en el centro por la Cuesta de las Calesas, seguimos por el barrio de San Carlos, La Alameda y el Parque Genovés. Llegamos a La Caleta y nos vamos por El Campo del Sur. Este es el paseo por Cádiz que le dan a un ser querido que tiene depresión «desde su sillón» y con su imaginación.
La segunda letra dice que se echa de menos tantas cosas como los abrazos, la tolerancia o las zonas verdes. Es una crítica a muchos aspectos de la sociedad y de la vida actual como las guerras o el individualismo. «A nuestro Cádiz le falta gente comprometida», así critican que los ciudadanos se preocupen solo por las fiestas y, en concreto, los candidatos a la alcaldía. Reclaman un candidato fiel a Cádiz e invitan a la gente a votar.
En la tanda de cuplés, se comenta con mucha gracia el propio tipo del coro y la lanza del tipo con la que señalan al jurado. «En mi Cádiz yo protejo los secretos de mi amor porque nadie va a robarme nuestros besos y tu puesta de sol» es el final del estribillo de este coro.
Después de afinar rápidamente las guitarras y las bandurrias de la orquesta, el coro nos presenta el popurrí. En una de las cuartetas los componentes sueltan una retahíla de todas las palabras del léxico gaditano y también comentan la herencia que dejaron los romanos en Cádiz.
«Que no hay nadie en todo Cádiz que ahora mismito sea más feliz», así se despide el Coro de los niños del Gran Teatro Falla.