La tarde del domingo comenzaba de la mejor manera. Un recibimiento histórico e inolvidable para todos los cadistas impulsaba de energía al equipo, que consciente de lo que había en juego, arrancaba el partido imprimiendo máxima intensidad en cada balón. El Celta, por su parte, aguardaba en su campo esperando sorprender al combinado cadista en alguna contra.
Carles Pérez fue el primero en golpear, atacando la portería de Conan Ledesma tras una gran diagonal por banda derecha. Más tarde era el Cádiz quien buscaba sorprender a Iván Villar, con un centro lateral de Luis Hernández y un posterior golpeo de Rubén Alcaraz que se marchaba desviado. Bongonda, un auténtico dolor de muelas para la zaga gallega también estuvo cerca de abrir el marcador tras rematar una gran volea a centro del Pacha.
A pocos minutos del final de la primera parte, De Burgos Bengoechea pitaba penalti a favor del conjunto amarillo, que posteriormente y con ayuda del VAR, iba a anular. Tampoco hubo suerte en el 41’, cuando el Choco Lozano culminaba una gran jugada de Iza. Pero tras revisión, el colegiado marcaba fuera de juego.
Lejos de venirse abajo por estas acciones, el Cádiz Club de Fútbol continuó intentándolo, encontrando el premio a los ocho minutos de la segunda parte. Una acción de fútbol sala de Escalante al borde del área dejaba a Sobrino solo ante Villar, cruzando el balón al fondo de la red y desatando la locura en la grada. Un gol que acercaba la victoria y, por lo tanto, la permanencia para el Cádiz Club de Fútbol.
La presión del conjunto visitante se acentuó una vez salió Iago Aspas al campo, sometiendo al cuadro amarillo a achicar agua en el área. Tras un final de partido con intervenciones de mucho mérito de Conan Ledesma, el árbitro pitaba el final del partido. El Nuevo Mirandilla estallaba de felicidad con un Cádiz que está un paso más cerca de seguir la próxima temporada en la máxima categoría del futbol español.